Friday, October 9, 2015

Hasta que el amor se le acabe.

- ¿Qué haces? Le preguntó viendola tirada en el piso con miles y miles de letras, recortadas de revistas, que no parecían tener sentido alguno.
- Escribo. Ella respondió y él siguió igual de confuso.
- Mira. Dijo ella mientras una sonrisa débilmente trazada se formaba en sus labios.

"Al menos puedo sobrevivir gracias a ti. Y no hay mayor ayuda que podrías darme..."
"No tan dulce, dulzura... no tan dulce. Hay una sombra imbécil detrás de mi dulce gesto, tú probablemente no lo sabes pero soy diabólico cuando se trata de este tipo de cosas"
"Si era un jarrón pegado con goma antes, soy un jarrón al que la goma no le funciona más ahora".

- ¡Es perfecto! Hasta suena a verdad, aun ahora... Digo ella ahogada en sus lágrimas.
- ¿De qué hablas? Dijo él mirandola asustado.
- Este libro, es perfecto. Dijo ella enjugándose las lágrimas.
- ¿Qué libro? Dijo él tratando de darle sentido a sus palabras sueltas.


- El libro que estoy escribiendo, se llama "Defectuoso". Aun no estoy segura del tema principal, antes creía que se trataba de un amor trágico que no funcionó, ahora empiezo a creer que se trata de un plan maquiavélico llevado a cabo por la mente maestra de uno de los personajes principales... ¿Tiene sentido o me estoy volviendo loca? Preguntó mirando el piso. Y él no sabía que responder.
- ¿Y ahora por qué escribes? Preguntó él.
- Es un libro de recuerdos, es para traerlo devuelta, no sé donde se ha escondido. Estoy sacándomelo del alma, o al menos eso intento. Dijo ella entristecida.
Él se sentó a su lado y le dijo con firmeza:
- Si esto es necesario para olvidarlo, déjame ayudarte. Y se sentó a lado de ella a formar palabras de ese montón de letras sueltas, sea como sea armarían ese historia que había explotado en miles de pedazos dentro de ella y que había venido a materializarse exteriormente tratando de ayudarla a componerse.
- Yo puedo sola. Necesito ayuda con algo más... Necesito que me hagas un favor. Dijo mirandolo tan profundamente que parecía suplicar con sus ojos.
- Lo que sea que te haga feliz. Dijo sin siquiera pensarlo.
- ¡No! ¡No digas eso nunca más! ¡No! ¡Basta de mentiras e imposibles! ¡Seamos realistas! Gritó alterada y él no sabía qué sucedía. No me vuelvas a decir eso nunca más, porque estoy harta de escucharlo, tan harta... tan harta. Dijo sumiéndose en llanto nuevamente.
- Lo... lo siento... Soy un verdadero idiota. Dijo pérdido.
- Ya no importa, solo deja de sonar como él, por favor. Y lo que necesito es que elimines unos cuántos números del calendario, por favor acaba con el seis, el diez y ¡el maldito diecinueve! No puedo más vivir sabiendo que llegan cada mes a atormentarme. ¡No! ¡Espera! No sería suficiente.... Dijo mientras miraba al infinito y tocaba sus manos frenéticamente. Mejor, eliminalos del sistema numérico. Y de paso elimina: Marzo, Diciembre y Julio. 


- Pero... ¿Cómo hago eso...? Preguntó él angustiado ante la impotencia.
- ¡No lo sé! Dijo iracunda. ¿Qué no ves que no puedo? ¡No tengo idea de cómo lo hagas, solo hazlo! Necesito ayuda, necesito ayuda, no puedo seguir así, se está comiendo hasta mis entrañas... Me está acabando, me ha destruido, me ha arruinado. Dijo, ahora, abatida.
- Está bien. Dijo tranquilamente.
Y ella se tumbó en el piso intentando creerle, aun sabiendo que era mentira. Aun sabiendo que no sabía cómo hacerlo, aun sabiendo que ella seguiría llorando y recordandolo; hasta que las lágrimas dejen de fluir, hasta que el amor se le acabe... si es que alguna vez llegase a suceder.


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Sentimientos