Ella se armó de coraje y se dirigió a la habitación del susodicho. Y ahí estaba él...como siempre, absorto, distante, envuelto en el mundo que le ofrecía esa máquina.
Ella se sentó en la cama situada detrás de él y le tocó el hombro con su dudosa mano para que éste le prestase atención.
- ¿Qué quieres ahora? Preguntó él sin voltear a verla.
- Debemos hablar. Fue su respuesta inmediata mientras movía de un lado a otro con nerviosismo un objeto que tenía entre sus manos.
- No tenemos nada de que hablar. ¿Cómo llegaste aquí? Dijo él con voz enojosa.
- ¿Tan poco era para ti? Te echo mucho de menos, te qui... No pudo terminar la frase porque vio el leve temblor en las mano de él y se asustó al pensar que había dicho algo incorrecto.
Él se levantó y salió de la habitación, luego de la casa y le mandó un mensaje de texto donde se podía ver que decía:
Déjame en paz. Sal de mi casa Y De Mi Vida & NO VUELVAS MÁS.
Las lágrimas empezaron a saltar sin pedir permiso siquiera. Como siempre ella entendía el mensaje, pero no terminaba de asimilarlo y se negaba a aceptarlo.
Otro intento de reconciliación que había fallado; el que alguna vez la considero su amiga no soportaba verla ni en pintura y todos sus esfuerzos terminaban siempre igual, yendo a parar en su baúl de fracasos...
Pero esta vez se cansó y dejó aquel objeto que traía entre sus manos sobre la cama y tras escribir una breve nota salió de aquella casa.
Ese objeto...que ella abandonó, era un collar que simbolizaba la amistad de ambos, hace mucho que él lo había botado, pero ella...ella la guardaba con la esperanza de amigarse con él. Pero esta vez lo olvido así como lo haría con esa amistad que ella sentía que alguna vez hubo.
Así que dejo la cadena y escribió Se Acabo. Adiós.
10 de enero del 2010
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Sentimientos